La joven estudiante de Pedagogía fue hospitalizada el pasado 12 de abril por síntomas de neumonía y a los pocos días falleció a causa de un paro respiratorio y desde el 16 de abril, día del deceso, se desconoce en dónde está el cuerpo de la joven.
Angie Paola Parada Rodríguez desde hace dos años padecía de problemas respiratorios y había estado internada en la clínica Nuestra Señora de Torcoroma, lugar de donde salió antes de ingresar al servicio de Urgencias del Hospital Emiro Quintero Cañizares del municipio de Ocaña, Norte de Santander.
De acuerdo a la información entregada por el personal médico del hospital, la paciente no reflejaba mejoría y presentaba dificultad para respirar, por lo que fue necesario hacer la solicitud de remisión hacia un centro médico de tercer nivel en Bucaramanga. Pero por el estado de salud de la joven no pudo realizar el traslado en ambulancia.
El padre de la estudiante, Jesús Emel Parada, señaló que desde el pasado 13 de abril, día en que le fue realizada la primera prueba por COVID – 19, Angie Paola fue aislada y desconocían su estado de salud.
“A mí me tuvieron engañado, mi mujer y mi hijo estaban desesperados, ya estábamos listos para el traslado a Bucaramanga y de repente nos dieron la noticia de que mi hija había fallecido. Van más de 20 días y no sé dónde está el cuerpo de mi hija”, indicó Parada.
Foto: Cortesía.
Luego de que se conociera la fatal noticia se registraron varios momentos de tensión, por lo que los familiares exigían ingresar, pero el paso no les fue permitido a la entidad de salud, lo que ocasionó forcejeos y vidrios rotos a la entrada del hospital.
El padre de la joven estudiante denunció la difícil situación por la cual está pasando la familia tras conocer que la muerte de Angie Paola de 22 años no fue por coronavirus; y aún se desconoce el lugar como las evidencias que indiquen en donde se encuentra enterrado el cuerpo.
“He recibido amenazas y me han pedido no sacar el caso a la luz pública, me secuestraron el cuerpo de mi hija y deberían tener la delicadeza de decirme dónde está y así al menos tener tranquilidad”, comentó el padre de Paola.
Por su parte el gerente del Hospital Emiro Quintero Cañizares, Jairo Pinzón López, señaló que “los protocolos emitidos por el Ministerio de Salud exigen unos parámetros para el manejo de los cuerpos en medio de la pandemia”.
Foto: Archivo familiar.
“En el caso de Angie Paola le fue aplicada una muestra post mortem, y se categorizó como posible caso de COVID – 19, según la guía para el manejo, traslado y disposición de cadáveres. Ambas pruebas fueron negativas”.
Mientras el coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital, Adrián Rojas, añadió “aunque no había llegado el resultado de la primera prueba, el proceso debía ser tratado como un caso positivo y por eso le correspondió a la Oficina de Salud Pública Municipal y al servicio funerario realizar la inhumación del cuerpo”.
Mientras el coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital, Adrián Rojas, añadió que aunque el resultado de la primera prueba no había llegado, el proceso debía ser tratado como un caso positivo por coronavirus, y por eso le correspondió a la Oficina de Salud Pública Municipal y al servicio funerario realizar el proceso de inhumación del cuerpo.
“Uno comprende lo difícil que es la situación, y el dolor que debe estar pasando la familia es indescriptible; el cuerpo se manejó de acuerdo con el protocolo que nos exigen e infortunadamente el resultado de la prueba salió negativa” señaló Adrián Rojas.
“Me mostraron tres montones de tierra y me dijeron que en uno está mi hija, también me enseñaron una cruz con el nombre de mi hija con una fecha distinta al día en que murió, pero ninguna autoridad ni el capellán del cementerio certifican que se trata de mi hija”, indicó Parada.
Fuente: El Tiempo.