Decorar el exterior de las casas con motivos terroríficos cuando llega Halloween es una tradición en algunas zonas suburbanas de los Estados Unidos, donde algunos ciudadanos decoran con fantasmas, telarañas, un par de esqueletos, alguna bruja y, por supuesto, las indispensables calabazas iluminadas con velas.
Pero otros, dejan volar más su imaginación y llegan a construir verdaderas escenas de película, es el caso de un artista plástico de Dallas, quien vive en la zona Este, y que para esta fecha, realizó una ‘escena de crimen’ al frente de su vivienda, situación que asustó a sus vecinos y además a recibido la visita de las autoridades por numerosas veces.
La decoración de Steven Novak, fruto de casi cuatro años de trabajo, ha atraído la atención no sólo de las redes sociales, donde la macabra ‘mise-en-scène’ ha sido rápidamente difundida, elogiada y vilipendiada.
“Siempre he estado haciendo travesuras como fantasmas voladores o esculturas de nieve de 7 pies de altura de mí mismo, así que si iba a hacer halloween era obvio que debería ser lo más real posible”, señaló el artista plástico.
“Sin luces, máquina de niebla, o campamento… algo que realmente aterraría a la gente que pasara por ahí en la oscuridad. Así que preparé unos maniquíes y arrojé 20 galones de sangre por todas partes”, agrega respecto al terror que buscaba provocar en los transeúntes en la noche de halloween.
En el jardín frontal de Novak, se puede ver un maniquí con la cabeza totalmente destruida, otro con la cabeza aplastada por una caja fuerte, en el techo yace otro “cuerpo” con un machete atorado en su cabeza. Pero después todo bien jey, no se fue preso.
Un verdadero show de terror se ha vivido en los Estados Unidos, donde se observa un “cadáver” que parece atacado por Leatherface de la masacre de Texas, y junto a él una carretilla volcada con bolsas de miembros como si alguien hubiera intentado “ocultar” la evidencia.
Steven Novak se muestra razonablemente satisfecho con su obra, pero considera que podía haber sido aún más brutal. «Me he quedado un poco corto. Mis planes iniciales eran bastante peores. ¡Quizá el año que viene!».
