La comunidad de la vereda Gaviotas, en Maní, vivió un momento de alegría cuando se inauguró un puente construido con tubería petrolera en junio pasado.
La obra, que contó con la presencia del alcalde de Maní Ferney Chaparro y el director departamental de gestión de riesgos Guillermo Velandia.
La obra fue recibida con expectativa por los residentes, quienes veían en ella una solución al peligroso puente anterior.
Sin embargo, una vez que se apagaron las cámaras y se disolvió la comitiva, la comunidad se quedó con la promesa de unos viajes de material para arreglar los accesos del puente, «pues solo se adecuo una parte para las fotos y la inauguración» comento el denunciante .
Pero, según denuncian los vecinos, esas promesas no se han cumplido. El puente, tal como está, no permite el tránsito de carros y las motos deben ser bajadas y subidas “cabresteada”.
La comunidad ha solicitado en repetidas ocasiones la terminación del puente, pero tanto la gobernación como la alcaldía han hecho “oídos sordos” a sus suplicas. Es hora de que se preste atención a esta situación y se brinde una solución definitiva a los problemas de la vereda Gaviotas.
En conclusión, la historia del puente inconcluso en la vereda Gaviotas es un ejemplo claro de cómo la falta de seguimiento y compromiso por parte de las autoridades puede generar frustración y desilusión en las comunidades.
Es hora de que se tomen medidas concretas para terminar la obra y brindar una solución definitiva a los problemas de acceso y seguridad en la región. La comunidad de Gaviotas merece más que promesas incumplidas y obras a medias. Es momento de actuar y demostrar que el compromiso con la ciudadanía es más que un discurso político.