Una serie de robos perpetrados por una banda juvenil en la cra 29 tienen en alerta máxima a los vecinos del sector.
Estos mismos delincuentes habían sido detenidos dos días antes, tras protagonizar el robo que se ve en el vídeo. En esa ocasión estos jóvenes delincuentes al intentar irrumpir en una casa, fueron descubiertos por efectivos de la policía en el tanque aéreo de la misma, donde fueron capturados pero horas más tarde tuvieron que ser liberados
En esta oportunidad fueron captados por cámaras de vídeo donde muestra el modus operandi de la banda. Ingresando por un balcón utilizando una escalera humana y hurtando un computador, que al ser sustraído cayó al suelo, lo que alertó a los habitantes de la vivienda, haciendo que los delincuentes se dieran a la fuga.
La rápida reacción de la Policía Nacional, para dar con el paradero de estos sujetos, fue infructuosa pues en cuestión de segundos se perdieron entre los lotes vecinos.
Los ciudadanos se preguntan si la medida del “toque de queda”, está haciendo más sencilla la labor de los delincuentes, pues las calles quedan libres de los ojos de los ciudadanos de bien, situación que está siendo aprovechada por delincuentes para cometer todo tipo de crímenes, como lo demuestran los últimos eventos delictivos.
Los delincuentes locales como foráneos, están haciendo de esta apacible ciudad su fortín, hipótesis sobre la complicidad de facinerosos enquistados en el departamento que se encargan de las labores de inteligencia, y los extranjeros que hacen las labores operativas, tienen en jaque a las fuerzas del orden.
Una sociedad civil inerme y desarmada, tiene que enfrentarse ante estas bandas que están armados hasta «los dientes», que en grupos bien organizados realizan turismo delictivo.
Una «policía insuficiente» por el crecimiento desmedido de nuestra ciudad, un sistema judicial incapaz de procesar todos los detenidos, un centro carcelario que vive un hacinamiento y una crisis por la pandemia es un panorama nada esperanzador para la sociedad.
La desesperanza de la ciudadanía al ver como se consuman estos delitos sin que los responsables tengan el castigo, hace que crezca la sensación que se necesita justicia por mano propia, generando un caldo de cultivo muy peligroso y podría llevar al municipio a una espiral de violencia ante al incapacidad del estado de garantizar la seguridad, paradójicamente en «Yopal, Ciudad segura».