La aplicación de una pésima asesoría en comunicaciones, que cree que es mejor callar que dar explicaciones, generó el distanciamiento con la comunidad y la desconfianza con la institución prestadora de salud.
El silencio de él centro de atención médica del departamento, ha hecho que crezcan sin control de los comentarios por las redes sociales que no se compadecen con la realidad.
Con esa confianza minada, es muy difícil construir una respuesta condescendiente de la comunidad, ante posibles errores, que pudieran cometer los seres humanos que allí laboran, siendo esto una excepción a la regla y no una constante como han tratado de hacer ver.
Esta desconfianza que se ha creado está generando eventos luctuosos, pues el no acudir a los galenos de manera oportuna hace que cuando se llega las posibilidades de recuperación ya están muy disminuidas por la acción de este virus fatal.
Por eso la cosecha de desconfianza en una gran institución como es el Hospital Regional de la Orinoquia – HORO, se ha sembrado desde una pésima política de comunicaciones que se cree superior a todos los demás actores en este proceso de comunicar en lugar de verlos como pares y como aliados, y no del personal médico que labora de manera incansable.
Esta pésima manera de comunicar esta opacando las grandes realizaciones del HORO, como por ejemplo de ser de los pocos hospitales del país que no tiene problemas en el suministro de oxígeno debido a una muy acertada previsión de tener su propia planta de gases medicinales.
O por ejemplo ser uno de los hospitales de mayor expansión en la implementación de camas UCIs, o de ser uno de los hospitales que ha sabido responder con acertadas alianzas con los nuevos requerimientos para el tratamiento de la COVID – 19, como son las unidades renales, o de los pocos hospitales del país que tiene al día los salarios de sus trabajadores.
Esto se ve opacado porque no sé conoce y no sé ha sabido interpretar la dinámica de las comunicaciones en el departamento y su entorno desde la jefatura de prensa.
Tal vez la gerente piense con cabeza fría y entienda que aún es tiempo de cambiar el curso de las comunicaciones que están en su peor momento, pero que aún se puede cambiar el rumbo.
Mil excusas se pueden dar sobre estos resultados, ya no es tiempo de excusas se debe reconocer que se falló y se debe enderezar el camino, es el tiempo de recuperar la confianza en el HORO, y en todos esos hombres y mujeres que dan hasta la vida por salvar las nuestras y la de nuestros seres queridos.
Yo creo en el HORO, ¡Y usted que me lee, también debe creer! Yo creo en el HORO