El mandatario aludió a la importancia del arte para aportar nuevas miradas y sensibilidades en la sociedad. El arte, en todas sus manifestaciones, es, para este Gobierno, parte integral del cambio que está viviendo el país.
“Nos hemos vuelto insensibles a la muerte, a la injusticia, a la gente que sufre; insensibles a la gente excluida, a la gente que no tiene ni siquiera la oportunidad de llegar a un espacio como este”, aseguró el presidente Gustavo Petro Urrego durante el acto simbólico de puesta de la primera piedra del edificio de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.
Resaltó, también, la relevancia de la política de gratuidad de su Gobierno y de la democratización del saber en los territorios.
“El objetivo es que cualquier joven en Colombia pueda acceder a la educación superior. Entre más gente pueda estudiar, mientras más cerebros se puedan juntar, va a haber saltos en calidad, saltos hacia adelante en cualquiera de los saberes”, expresó.
El presidente insistió en que la universidad tiene que lograr una verdadera cobertura nacional, aún en los lugares en donde menos se creería que pueda tener presencia “por el dominio de las armas, por el dominio del terror”. Precisamente, en esos territorios, dijo, “tiene que florecer la universidad; prender las luces y ser faro”.
El mandatario subrayó la importancia de unir la ciencia exacta y la sensibilidad para afrontar de una forma holística los grandes retos que enfrentamos como humanidad, tales como la guerra y la crisis climática.
“La única posibilidad de respuesta, de saltar hacia otro camino está en nuestro propio saber, en nuestra fuerza común, en nuestra propia rebeldía para no extinguir la vida del planeta”, subrayó.
Hizo referencia a la revolución genuina que le permite a los pueblos avanzar.
“La palabra revolución ha sido estigmatizada en Colombia, perseguida, asesinada -diría yo- durante décadas. Pero la humanidad no es posible sin revoluciones, y las revoluciones no son posibles sin nuevas ideas. Y aquí (en la universidad) se cocinan las nuevas ideas”, argumentó.
Destacó el papel de la universidad como centro de saber colectivo.
“A la universidad la han llevado a una carrera de caballos, artificial y ficticia. Si tienes con qué pagar, puedes entrar. Si entras y pasas, puedes ser un hombre de éxito. Pero no hay hombres ni mujeres de éxito, sino humanidad de éxito”.